Summary: | En 1869, Sergio Arboleda realzó la mayor paradoja con respecto al legado de España: “esa nación esencialmente monarquista echó en América los cimientos de la república; ese gobierno, el más despótico de la Europa cristiana, nos preparó para la libertad” (1951, p. 194). El ensayista quería subrayar la dimensión genuina de un concepto que el liberalismo no asociaba sino con la modernidad introducida desde fuera por los próceres de la Independencia. En el sentir de Arboleda, podían entenderse el catolicismo, el gobierno municipal y el ideario del bien común como tantos prolegómenos de una esfera pública moderna independiente de España pero, obviamente, exenta de “revolución”.
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