Trascendencia e inmanencia: la tragedia del hombre moderno según Nietzsche

 Este artículo pregunta sobre la relación entre tragedia y trascendencia, para luego establecer la relación entre tragedia e inmanencia, y de ahí mostrar cómo se define y cuál es la tragedia del hombre moderno. Los resultados y las conclusiones que se presentan son parciales y tratan de los avances...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: Salazar, Edwin García
Format: Online
Language:spa
Published: Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia 2015
Subjects:
Online Access:https://revistas.uptc.edu.co/index.php/cuestiones_filosofia/article/view/3621
Description
Summary: Este artículo pregunta sobre la relación entre tragedia y trascendencia, para luego establecer la relación entre tragedia e inmanencia, y de ahí mostrar cómo se define y cuál es la tragedia del hombre moderno. Los resultados y las conclusiones que se presentan son parciales y tratan de los avances de la investigación que se adelanta sobre la noción del devenir, cuando se pone en relación la fuerza trascendente y la inmanente. Para ello, se toman como sustento las obras de Nietzsche: El origen de la tragedia, Genealogía de la moral y Más allá del bien y del mal, puesto que se trata, inicialmente, de marcar las líneas de la virtud y situar al sujeto fundante como portavoz de la verdad y, más adelante, de la emergencia del hombre trágico como condición del devenir.Se busca, entonces, establecer la diferencia entre el concepto de trascendencia y de inmanencia, que permite pensar la tragedia en Nietzsche. El concepto de trascendencia está determinado por la fuerza primordial de la verdad, que consiste en darle fuerza a la sabiduría, en tanto se busca la verdad, los valores excelsos y el espíritu virtuoso, este es el pensador virtuoso, que resulta ser el trazo entre la antigüedad y la modernidad, según Nietzsche. La tragedia del hombre antiguo radica en pensar la verdad como posibilidad reducida hacia la virtud, mientras que, en términos de inmanencia, cuando se vincula el mundo a la línea primordial trascendente, el resultado sería el sufrimiento originario, la esencia originaria. En términos de inmanencia surge el hombre trágico, múltiple, uno y todos a la vez, pues pende de un hilo y al mismo tiempo se afirma, sigue viviendo cuando la vida está herida. Entonces, lo trascendente es fuerza serena y, por el contrario, lo inmanente, habitando el espacio de la trascendencia, constituye el plano imperceptible de la fuerza activa cuando escapa a la trascendencia, es decir, está en la orilla de su torrente, es un pensamiento emergente, sin contradicción y sin guerras dialéctica.