Summary: | En aquella época, solía pasar lasnoches enteras en el tercer piso de micasa mirando el transcurrir de losaños, años que no solo representansentimientos, sino también sueños,ideas, vigilias y tristezas. Una vez, unamigo me dijo que deseabafervientemente que uno de sus másrepresentativos hallazgos amorosos loolvidara, es decir, quería convertirseen un recuerdo, porque para él losrecuerdos fueron inventados para quelas personas los olvidaran. Alprincipio no entendí este pensamiento,pues imaginé que se trataba de una delas tantas tonterías** que hacían partede nuestro desvencijado arte de hablaren público, lo que no se atrevería unapersona razonable a decir en sus cincosentidos. No lo comprendí entonces,porque no me había entregado aún ala tarea de recordar, de olvidar.
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