Summary: | La disposición afectiva más acertada para encarar el mundo contemporáneoes, sin duda, estar siempre en despedida; mejor aún, esta es la única condiciónpermanente de lo humano, en tanto que estamos determinados,fundamentalmente, por la muerte; por lo tanto, en el presente artículo se leatiende a esta concernidamente, a la luz de Vladimir Jankélévitch, desde unámbito de lo cotidiano. Primero, se revisa el fenómeno de nuestroreconocimiento en el espejo, es decir, se atiende la pregunta: ¿qué sucede cuandonos observamos diferentes en nuestro diario vivir?; luego, la autora se concentraen la figura del viajero, porque está determinada desde la despedida, y,finalmente, frente al irreversible destino se ve cómo surge la protesta, dado queno deseamos ser aniquilados y buscamos desesperadamente las formas paraevitarlo. Aquí surge, entonces, lo poético como espacio posibilitador de laresistencia; sin embargo, la muerte es el límite de toda oportunidad; entonces,¿habrá algo que sobreviva después de que haya acontecido?
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