Summary: | En Tres principios de la acción educativa los autores reflexionan acerca de la función social de la pedagogía en la cultura moderna. Su finalidad es formar a un individuo egocéntrico, autónomo y crítico, que pueda ejercer sus deberes como ciudadano en la sociedad. En otras palabras, en estas páginas se discurre sobre el rescate del individuo como sujeto pensante, afectivo y honorable, capaz de encausar el deber ser-social del individuo que proponían los principios del pensamiento moderno, y de desechar la idea del sujeto como ser netamente productivo. En cuatro capítulos los autores exponen los puntos esenciales de su planteamiento educativo. En el primero examinan el término principio, el método y los fundamentos antropológicos de su propuesta pedagógica. En cuanto al principio, afirman que esta palabra tiene una doble naturaleza semántica, cuya primera acepción es intelectual o teórica, y la segunda normativa o moral —guía de acción perfectiva o principios de y para la acción—. En lo referente al método, los autores parten de la propuesta de Altarejo (1983) para establecer un doble enfoque sustentado en dos saberes compatibles: el saber educativo —conocimiento práctico de la educación o experiencia personal del profesional docente— y el saber pedagógico —conocimiento acerca de la educación—.
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