Summary: | Spa: El uso de combustibles fósiles ha llevado a una era de marcado desarrollo en la humanidad, el consumo creciente de energía y su relación con el desarrollo ha estado acompañada de muchas dudas en la sostenibilidad de su uso por los inconvenientes de contaminación ambiental ligados a su explotación uso y transporte. La creciente preocupación por efectos como el cambio climático
causado por las emisiones de CO2 y otros gases a la atmosfera, ha llevado a la
firma de protocolos ambientales en donde diferentes países se han comprometido
a la disminución de las emisiones de CO2eqv.
Colombia no ha sido ajena a estas iniciativas y ha participado en estos encuentros,
comprometiéndose a disminuir las emisiones de estos llamados gases de efecto
invernadero. Este panorama ha llevado a que en el mundo se hable de un periodo
de transición energética en la cual se busca cada vez depender menos de la
producción y uso de combustibles fósiles y llevar el consumo a otro tipo de energías
con menores o nulas emisiones de estos gases.
Dentro de las llamadas energías limpias se encuentran, la eólica, la solar
fotovoltaica, y el uso de hidrógeno, este último ha cobrado especial importancia por
su almacenamiento, transporte y desarrollos tecnológicos para su obtención que
han llevado a convertirla en una opción promisoria.
La utilización de hidrógeno como fuente limpia de energía implica algunos retos
también por su transporte, almacenamiento y los costos actuales de producción. En
el caso de Colombia el plan energético nacional 2020-2050 (PNE) llamado
“Transformación energética para el desarrollo sostenible”, presenta una visión del
desarrollo energético del país y si bien en este momento la producción energética
nacional depende principalmente del uso de energía hidráulica, el sector transporte
es uno de los de mayor consumo de combustibles fósiles y esto sumado a las
limitaciones en las reservas futuras de gas natural hacen que el uso de fuentes
alternativas de energía sea un tema de interés para el país.
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El panorama anterior nos permite identificar que en el caso del hidrógeno el país
debería tener una infraestructura que esté preparada para poder afrontar este reto,
las etapas de producción, transporte y uso final requieren que se pueda realizar
también cambios que puedan afrontar este reto. El presente trabajo busca hacer un
recuento de las tecnologías de producción de hidrógeno, junto con las tendencias
más promisorias, para finalmente poder hacer un compendio de características y de
condiciones para las cuales debería estar preparando el país en caso de que esta
transformación se lleve de forma disruptiva como lo manifiesta el PNE 2020-2050.
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